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  • Con base en lo anterior se puede decir

    2018-10-26

    Con 17-aag en lo anterior se puede decir, que en Chiapas el gasto gubernamental ha servido como maximizador de utilidad de los burócratas y las élites políticas, que les ha permitido obtener mayor poder y prestigio en sus cargos, pues son quienes han tenido la posibilidad de expandir el tamaño de la burocracia a expensas de la eficiencia (Rodríguez y López, 2014). De acuerdo a Meltzer y Richard (1981) y Persson y Tabellini (1990) consideran motivos de elección pública: suponiendo que la acción gubernamental tiene un elemento de redistribución, ellos explican que el aumento del gasto eleva el número de votantes de bajo ingreso, quienes presionan para obtener un ingreso mayor y más redistributivo (citado por Rodríguez y López, 2014). Chiapas se ha convertido en una economía que se mantiene a flote por las transferencias y aportaciones federales, pero éstas deberían de destinarse a reconvertir la base productiva de la entidad y no despilfarrarse en gasto corriente, lo cual se puede observar en el capítulo de servicios personales del gasto público de Chiapas, canales de la corrupción o proyectos fracasados (López y Mayo, 2012). En la gráfica 9 se muestran los niveles medios y la dispersión de la pobreza reportada para los municipios de Chiapas en los años 1990 y 2010. Los niveles de pobreza municipal no sólo parecen no haber disminuido, sino que la pobreza se ha intensificado en algunos municipios y se ha esparcido a un mayor número de los mismos. Es fácil observar que la variabilidad en los niveles de pobreza entre municipios ha crecido de manera importante durante el periodo señalado. La desigualdad de ingresos medida en términos del índice de Gini, cuyo comportamiento puede verse en la gráfica 9, parece seguir el mismo comportamiento de la pobreza, es decir, mayor pobreza y desigualdad en un número creciente de municipios. La evolución de la pobreza alimentaria en los municipios de Chiapas muestra como los esfuerzos de las políticas sociales no han tenido mayor impacto en la reducción de la pobreza. Es importante señal que la pobreza alimentaria está presente en todos los municipios del estado con porcentajes superiores a 10% de la población total del municipio y más aún, entre los años 1990 a 2010 la pobreza alimentaria se incrementó en una importante proporción de municipios, en 1990 solo tres municipios mostraban niveles superiores a 75% de pobreza alimentaria, para el año 2010 la cifra se pasó a 16 municipios.
    Conclusiones Si bien el levantamiento zapatista puso de manifiesto las debilidades del modelo de acumulación chiapaneco y visibilizó la pobreza extrema que vive una parte importante de la población, parecía representar una oportunidad de mejorar las cosas para los excluidos de siempre, pues el gobierno federal volvió los ojos a Chiapas y envío recursos en cantidades significativas como parte de la política de contrainsurgencia. Sin embargo, la gestión de éstos ha dado al traste con cualquier esperanza y nos ha devuelto a una dramática realidad: los pobres hoy son más que en la época de la revuelta y las élites de la juniorcracia han tomado el poder por asalto e impuesto sus condiciones e intereses. Han demostrado ser más depredadores que sus antecesores y mucho más frívolos, aprovechado para promover una amplia y profunda reestructuración de la forma de hacer política y dirigir la economía: conversión en mercado del voto ciudadano, recomposición de las áreas públicas de negocio en beneficio privado, en inversiones financieras y no financieras, profunda alteración de los equilibrios de poder en provecho de las oligarquías, masiva confiscación de la renta pública que ha permitido el enriquecimiento de unos pocos y profunda deriva democrática. La democracia parece reñida con la pobreza, a mayor pobreza, democracia de menor intensidad, el voto se compra. En Chiapas se ha desarrollado una cultura rentista en todos los niveles. El político de las élites o los arribistas piensan ocupar cargos para apropiarse de la renta pública por medio de la corrupción, con sus honrosas excepciones. La población empobrecida, y sin opción de encontrar empleo porque la economía no crece, busca obtener rentas de donde sea, de cualquier fuente de renta y da lugar a conflictos intermitentes, de la misma forma ocurre con los programas asistencialistas. Buscan de cualquier manera cumplir con los requisitos impuestos en las reglas de operación de dichos programas y terminan por ser canjeados como prebendas en la compra-venta del voto. Los recursos públicos han servido para comprar conciencias y lealtades con base en corruptelas, más que para impulsar el desarrollo del estado.